miércoles, 15 de abril de 2015

"El guardavías" Charles Dickens

                                                            
                                                                        
                                                                           Mario de la Fuente García              


          Unos cien años atrás, en una tenue y deprimente estación de ferrocarriles inglesa, el guardavías que la vigila y un caminante curioso tienen un encuentro fortuito en el que establecen una extravagante relación. Poco después, ambos vuelven a encontrarse, y el guardavías le relata al hombre todas sus pasiones, frustraciones y temores relacionados con unas visiones espectrales cerca de la luz roja del túnel que le turban. Sin embargo, el guardavías muere atropellado por un tren en extrañas circunstancias, y el caminante que le visitaba descubre el mensaje que el espectro que tanto atormenta al guardavías intentaba transmitirle, le estaba previniendo de la muerte. 
            En primer lugar, la historia que se expone en El guardavías presenta un marco de acción apacible y misterioso, aunque simultáneamente sobrecogedor en algunos momentos, y gracias a este gran contraste nace una narración imprevisible y única. Asimismo, el espacio (la estación de tren) y el tiempo (el siglo XIX), están descritos de una manera muy detallada y precisa, pero algo complicada ya que el libro utiliza una sintaxis compleja. Además, el argumento es atractivo y muy completo debido a la sencillez del relato y al suave miedo con el que el autor escribió la obra, además de realizar una leve crítica social relacionada con la explotación laboral, con la que empatizo. En cuanto a la estructura, la narración se desarrolla durante tres días consecutivos, los cuales coinciden con el planteamiento, nudo y desenlace; aunque, sin lugar a dudas, esta última es la mejor parte de la historia ya que posee una mágica dosis de misterio, miedo y muerte, que siembra la duda y la intriga en el lector. Además, el libro posee un ritmo pausado y misterioso, y el narrador protagonista dota de realismo a la obra.
            En segundo lugar, los personajes están perfectamente descritos, de una manera adecuada y concisa, aunque cabe destacar la exposición de la mentalidad del guardavías.
            El guardavías es un hombre moreno, de tez pálida y de pelo y ojos oscuros, que tiene un carácter sereno, trabajador y serio; además de ser metódico y preciso en su trabajo. No obstante, está atormentado por un espectro que le visita esporádicamente trayendo consigo la desgracia. Este ente aparece con la cara tapada y moviendo el brazo derecho a la vez que grita.
            El protagonista es un hombre esbelto, de ojos oscuros y pelo castaño, que tiene un carácter serio y curioso, y que solo pretende ayudar al guardavías con sus problemas desde su posición aventajada.
            En tercer lugar, comentar que el vocabulario de este relato es simple y diverso, aunque algunas palabras como meditabundo, vehemente, compulsión… resultan complicas de entender. No obstante, El guardavías es un libro con algunas reflexiones, sobre todo de lo real y lo irreal, como: “Corrí directamente hacia él para agarrar su brazo, pero había desaparecido” del veterano guardavías, refiriéndose al espectro.
            Finalmente, comentar que me ha parecido un libro excelente y muy completo; debido a que posee un argumento atractivo, unos personajes realistas y enigmáticos y un ambiente místico y único. En lo relacionado con el texto, el narrador protagonista es magnífico debido a su realismo y su estilo suave y calmado hace de este libro una obra única.
Como conclusión, El guardavías es un relato fantástico que mezcla el misterio, la tensión y la intriga, constituyendo uno de los mejores libros de terror que he leído nunca.