Alejandra Miguel Pascual
Terry O´Neil es un
fotógrafo profesional muy creativo. Su amistad con actores como Richard Harris
le permitió acercarse a los grandes del cine y retratarlos con el estilo natural
e informal que le ha caracterizado durante toda su trayectoria. Y una de las
fotos de las que asegura sentirse muy orgulloso es la que le hizo a Faye
Dunaway un día después de ganar Óscar, en 1977. La fotografía fue tomada en un
hotel de Beverly Hill a las seis de la mañana. La peculiar actriz se levantó
temprano y se fue a la piscina del hotel.
En el primer plano,
vemos a la actriz sentada de forma
descuidada en una silla, con la mano sosteniéndole la cabeza. Su vestimenta es
agradable y simple, un vestido color beige claro y luminoso que va acorde con
el rubio cenizo de su pelo, junto con unas sandalias de tacón negras y
plateadas. Su rostro nos muestra la confusión del triunfo y la soledad de una
celebridad. En la escena, todos los periódicos con las noticias del Óscar
aparecen esparcidos por el suelo y la estatua del Óscar accidentalmente sobre
la mesa junto con el desayuno.
Por otro lado, en el
fondo podemos observar una pequeña, pero frondosa arboleda. También, podemos
contemplar unas grandes filas de hamacas blancas acompañadas por algunas
sombrillas color camel, alrededor de la limpia y cristalina piscina, que se cobija
por la intimidad de los árboles y los muros, dando sensación de seguridad y
tranquilidad.