Lucía Barba Rapado
El
otro día fui víctima de un crimen. Alguien me robó mi valiosa caja de cereales.
Entre los sospechosos posibles, creo estar segura de haber identificado al
malhechor. Más bien, malhechora. Facilitaré una descripción de la individua
para que podáis ayudarme a capturarla.
Hablamos
de una adolescente, de unos diecisiete años. Podemos considerarla una persona
alta, aunque no excesivamente. Cara ovalada y tez pálida, salpicada por
pequeñas pecas. En sus ojos grandes se podía leer el sentimiento de culpa por
haber cometido tal fechoría. Los iris coloreados por chocolate están coronados
por un par de cejas un tanto peculiares, hogar de un lunar que puede pasar
fácilmente desapercibido.
El
sujeto en cuestión posee una nariz
recta. Es de orejas pequeñas, con varios pendientes. El cabello castaño cortado
en una media melena cae por su frente en forma de flequillo recto y despuntado.
No parece que le guste mucho peinarse.
Ha
de ser una persona inteligente para realizar un acto de tal calibre sin que yo
me haya dado cuenta. Las pruebas indican que por el modo de proceder no es muy ordenada, y algo
perezosa… En fin, menuda criminal de pacotilla debe de ser si su mejor objetivo
es una caja de cereales. Eso, o que me está gastando una broma y en realidad
tiene demasiado sentido del humor.
Espero
que estos datos basten para atrapar a esa delincuente, es todo lo que pude ver.
Impaciente para que se haga justicia…