Carlos Manuel Vaquero Rodrigo
Sara Allen es una niña neoyorkina que
vive en Brooklyn, hija de una cuidadora de ancianos y un fontanero. Todos los
sábados desde que tenía tres años va con su madre a visitar a su abuela al
barrio de Morningside, en Manhattan. Por aquel entonces, la abuela estaba con
Aurelio, un viejo librero que mandaba a Sara cuentos y juegos que le hacían
soñar y fantasear.
A Sara le encantaba ir a Manhattan,
soñaba con explorarlo y descubrir todos los recovecos de aquella isla. Pues
bien, cuando cumplió diez años tuvo la oportunidad de cumplir ese sueño.
Sara se encontraba sola y llorando en
la salida de una estación de metro de Manhattan cuando conoció a Miss Lunatic.
La niña y la anciana mendiga se hicieron amigas en seguida y dando un largo
paseo hasta Central Park pudieron compartir intimidades y consejos. Así la niña
pudo descubrir que aquella mendiga no era otra que el espíritu de la libertad,
fue la musa del artista que esculpió la estatua de la Libertad donde
actualmente ella residía por el día. Transmitió muchos conocimientos a Sara
gracias a la gran experiencia adquirida en todo el tiempo que llevaba guardando
y protegiendo a la gente de aquella ciudad.
Sara y Miss Lunatic se despidieron y
la niña tuvo que continuar sola el camino. En un claro, en el inmenso bosque
que formaba Central Park, la niña pensaba y recapacitaba sobre lo vivido
aquella noche. De repente, allí mismo apareció un hombre de aspecto adinerado
que no era otro que el exitoso dueño de la pastelería “Dulce Lobo”, Mr Woolf.
Ambos entablaron una conversación que acabó con un trato. Así, Sara dio un
agradable paseo en limusina por Manhattan y el estresado empresario obtuvo la
famosa receta familiar de la tarta de fresa para poder comercializarla.
En cuanto a mi opinión personal, desde
que se nos dio la lista de los libros voluntarios yo sabía que este libro lo
iba a leer tarde o temprano. Tal vez me atraía el título o quizás haya influido
la popularidad que ha tenido en mi clase, pero tenía ganas de leerlo. Y,
rotundamente, no me ha defraudado por varias razones.
En primer lugar, me he dado cuenta de
que la grandeza y majestuosidad de Nueva York no es lo que parece. Según el
libro, en la “Gran Manzana” la gente
vive estresada y atareada, los niños no salen de casa y los adultos no pasan
tiempo con ellos, prefieren gastar el tiempo en sus negocios o en que todo sea
monotonía en su vida. Sin embargo, Sara Allen rompe todos estos esquemas, es
una niña soñadora que va más allá, busca la libertad, lo que demuestra que a
veces merece la pena arriesgarse.
En segundo lugar, me ha gustado mucho
la similitud que ha querido plasmar la autora con el libro de Caperucita de
Perrault, así como con los distintos personajes que encarnan al lobo, a
Caperucita, la abuela… De los personajes me ha gustado sobre todo, la figura de
Miss Lunatic; representa la libertad, la sencillez, la bondad, la humildad y el
saber escuchar, valores que son tan necesarios hoy en día.
Con respecto a relacionar el libro con
una canción, he pensado en “New York, New York” de Frank Sinatra. Cuando
escucho esta canción me recuerda a la visión que tiene todo el mundo de la
majestuosa ciudad de Nueva York, sin embargo, esta por dentro no es así.
Además, la admiración que demuestra el
cantante por esta ciudad es comparable con la de Sara por Manhattan, con las
ansias que tiene por descubrirla y sentirse parte de ella.