Berta Herrador Iglesias
Se
llama Snowie, es como un conejo pero bastante más grande. Es suave, mullido y
blanco; excepto por la parte de la barriga que es negro. Tiene una gran boca,
las orejas grandes, los ojos negros, una cola con forma de pompón y las patas
delanteras un poco más grandes que las traseras, que utiliza para impulsarse y
a la vez deslizarse con la barriga. Cuando se pone de pie mide casi dos metros
de alto y solo emite gruñidos de vez en cuando.
Suele
ser muy tranquilo y juguetón con todos, además me puedo subir encima o saltar
encima de su panza, pero cuando se enfada, como suele habitar climas fríos,
puede hacer bolas gigantes de nieve y lanzarlas o aplastarte con su peso.
Si
tiene hambre se pone panza arriba y abre mucho la boca para que le des algo de
comida. Suele comer de todo, pero lo que más le gusta son los frutos secos.
Está
todo el día de acá para allá porque, a pesar de lo grande que es, tiene mucha
energía. Es muy curioso y se sorprende con lo más simple, suele ladear la
cabeza y gruñir.
Cuando
tiene sueño y se va a dormir emite un pequeño gruñido, da dos vueltas alrededor
de su cama, se encoge sobre sí mismo, baja las orejas y cierra lentamente los
ojos.