miércoles, 29 de octubre de 2014

CIERQUINO

                                                                                                                      Pedro José Marín Vega


      El cierquino es esbelto y robusto, de porte majestuoso y altivo, de color blanco roto. Es una mezcla entre ciervo y caballo. El bello árbol de su cabeza, elemento distintivo de los machos. Sus doradas pezuñas brillan cual espejos y sus esmeraldas de la cara, reflejo de su pureza. Su corpulencia es mayor que la de cualquier equino conocido y la musculatura más evidente en los machos.
    Es tímido, astuto, inteligente y valiente cual caballero de brillante armadura. Respetuoso con las personas, pero devorador cuando le atacan. Solo es fiel a las personas con corazón puro, sin engaños ni mentiras, son a las que entrega todo su poder.
Más activos cuando los rayos del sol se asoman por el horizonte e incapaz de permanecer en el mismo prado dos días seguidos.
     Le encanta vivir en el campo y tumbarse sobre el gran manto verde adornado con lucecillas de diferentes colores, alimentándose de pasto, gramíneas y conejos en verano. Pero en invierno de bellotas y de animales rapaces, como el buitre, sus mayores enemigas.
En épocas de frío se refugia en cuevas y durante el verano corre libre como los pájaros y vive feliz.