Jorge Pajares Benéitez
Érase una vez, la hija del rey de un país llamado Lidia, era bella y muy inteligente. Se llamaba Aracne y tenía el don de tejer. Ella consciente de su capacidad, se atrevió a decir que era incluso mejor que Atenea. Esta llena de rabia decidió darle lo suyo a la
orgullosa muchacha. Ese mismo día entró en la tienda de Aracne una anciana que
resultó ser la mismísima diosa. Allí mismo, compitieron por ser la mejor
tejedora. Cuando acabaron, Atenea se dio cuenta de que el tejido de Aracne era
mejor que el suyo y decidió rasgarlo. La princesa, fue consciente entonces del
error que había cometido y decidió suicidarse. Atenea la perdonó y la convirtió en la primera de todas
las arañas.
El planteamiento me ha gustado, aunque hubiera estado
mejor si hubiera explicado un poco más cómo es el país de Lidia y hubiera
descrito más a los personajes. El nudo es la parte que más me ha gustado, cómo Atenea se entera de que aquella muchacha había dicho que tejía mejor que ella y cómo ella entra en la tienda disfrazada de anciana. El desenlace también me ha gustado, la forma en que Atenea
se compadece de Aracne y la deja vivir en forma de Araña. Me hubiera gustado
que Atenea admitiera la derrota.
Aracne me ha gustado mucho como personaje pues
se da cuenta a medida que la historia avanza de que había
hecho mal en retar a Atenea. Por otra parte, la diosa no me ha gustado tanto pues no
supo admitir la derrota y no debió agredir a la muchacha con la lanzadera de
uno de los telares. Ha sido un relato fácil de leer y con un vocabulario muy
adecuado a nuestro nivel lingüístico. Además, las palabras con mayor dificultad
te las explicaba al final de la página. Hablando en general, el mito me ha gustado bastante, pues
explica el origen de las arañas, animal al que, en griego, se nombra
precisamente con la palabra “Aracne”. Ya no solo este mito sino el libro entero me ha encantado
pues son historias breves y sencillas, pero a la vez muy entretenidas.
