viernes, 10 de mayo de 2013

LA YEGUA Y EL CABALLO (Basado en "El jardinero" de Rabindranath Tagore)


                                                                         Judit Monteiro Torrado

La yegua mansa vivía en el establo, y el caballo libre en el campo. Mas su destino era amarse… El caballo libre relinchaba: ‘Amor, galopemos al campo’. La yegua reclusa contestaba bajito: ‘Ven tú aquí, respiremos los dos en el establo’. Decía el caballo libre: ‘Entre cuatro paredes no se puede trotar con la frescura del viento’ ‘¡Ay!’ decía la yegua: ‘¿Sabré yo pisar cieno?’
            El caballo suelto recitaba: ‘Amor mío, saborea el poema de la vida apasionante’. La yegua decía: ‘Estate a mi lado, te enseñaré el poema de Miguel de Cervantes’. El caballo liberto contestaba: ‘No, no, no; nadie puede enseñar los poemas’. La yegua decía: ‘¡Ay! Yo no sé los poemas de la vida apasionante’.
            Su amor es un deseo infinito, mas no pueden galopar crin con crin. Se miran y se miran a través de la incisión en la puerta, pero es en vano su deseo. Y grita la yegua: ‘Acércate más, acércate aún más’. El caballo libre grita: ‘No puedo. ¡Sentirte tan cerca me destroza por dentro!’. La yegua presa canta bajito: ‘¡Ay! No puedo. Mi alma se para por momentos’.

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