Pedro José Marín Vega
Emilio, un director de banco jubilado, es
llevado a una Residencia por su familia al verse incapaces de cuidarlo en casa
por más tiempo debido al deterioro mental que presenta.
Emilio
se adapta a la rutina de la Residencia conforme avanza su enfermedad y aprende
a convivir con otros residentes y cuidadores.
La
angustia que les supone el traslado a la zona de asistidos, lleva a Miguel,
Modesta y a Emilio a escaparse de la Residencia en un coche conducido por éste
último hasta que tienen un accidente.
Cuando Emilio descubre que tiene Alzheimer
comienza una constante lucha contra la enfermedad ayudado por Miguel aunque
finalmente es trasladado al piso de los asistidos al que también le acompañará
Miguel hasta el fallecimiento de Emilio.
Se
trata de una novela gráfica en forma cómic, con relato casi de aventuras sobre
temas no tratados antes en historietas como la demencia de los mayores,
especialmente el Alzheimer, que describe la vida de los ancianos en la
Residencia y su historia previa.
Se
ayuda de los espacios en blanco para resolver situaciones como la subida de
Emilio a la planta de asistidos, después la de Miguel acompañándolo y al final
el espacio más grande para indicar la muerte de Emilio.
Me gustan los
toques de humor en las distintas situaciones como tropiezos,
malentendidos y confusiones que lleva en ocasiones al absurdo, como en el
episodio de la fuga, y diálogos de
comedia disparatada.
En mi opinión, el autor le añade a la trama
suspense, tanto en las aventuras, así
como en la evolución y el final de los personajes para mantener el interés del
lector, al mismo tiempo que le permite compartir los recuerdos, desvaríos y
emociones de los personajes. No faltan maldades como el horror del piso de los
incapacitados o la violencia de Ramón, que mata a Félix, porque no soporta sus
ronquidos, aunque en general se aprecia lo positivo, los ancianos conservan el
amor, la amistad, la tolerancia y los
demás valores además de las ganas de vivir.
Me encanta el personaje de Emilio,
porque es un anciano con mucho carácter
que padece demencia que no quiere aceptar y menos que llegue el momento de
depender de los demás. Vive en sus recuerdos e imaginaciones que le llevan a
estar en un mundo imaginario.
En
cuanto a Miguel, me parece egoísta,
timador y abusón, aprovecha todas las oportunidades para sacar provecho
económico del resto de los residentes al
encontrase mentalmente mejor que ellos. Pero también tiene buenos sentimientos,
su convivencia con Emilio se transforma en amistad y relación desinteresada, al
ayudarle a retrasar con gran imaginación el momento en el que descubran su
deterioro. Para ello lía a los enfermeros y camareras para disimular sus
meteduras de pata, le prepara chuletas para queacierte las respuestas de los
cuestionarios médicos, le ayuda a vestirse, le cuelga etiquetas con el nombre
de las prendas de ropa y le da de comer.
El vocabulario es sencillo sin excesiva
adjetivación y de lectura rápida. . A diferencia de otros libros, las
conversaciones están metidas en bocadillos al tratarse de un cómic y no existe
la narración.
La obra me ha gustado mucho porque trata con
ternura temas como la amistad, el amor y la demencia y te hace compartir las
fantasías y emociones de los personajes. También nos hace pensar en la
importancia de la memoria y nos recuerda
al mismo tiempo la fragilidad del hombre.
Tiene toques de humor que no tapan lo que
quiere contar, el problema de los ancianos y su dependencia, el abandono de éstos y la demencia.
La
obra nos acerca con gran humanidad a la realidad de la demencia, a entenderla,
a reconocer los síntomas de despistes, olvidos y torpezas de Emilio en algunos
familiares nuestros que no entendíamos lo que les pasaba y a reflexionar sobre la
ayuda que debemos prestarles así como en la paciencia, amor y la dedicación que
tienen los cuidadores de estos enfermos.
La escena que más me ha impactado es en la
que Emilio toma conciencia de su enfermedad al equivocarse el enfermero y darle
las pastillas de otro residente con demencia y decirle que tomaba la misma
medicación y la posterior confirmación por parte del médico.
Espero que la obra sirva para pensar en
el problema de la vejez y su dependencia, el abandono de los ancianos y la demencia, enfermedad que no tiene cura.