Pedro José Marín Vega
En lo más profundo de mi habitación tengo un
mueble al cual tengo un especial cariño. Mi librería fue un regalo del abuelo
de mi abuelo, es decir mi tatarabuelo, cuando yo tenía cinco meses. Se
encuentra en mi habitación, la cual tiene un color amarillo claro, como un
amanecer en la playa. En mi habitación también hay una mesa de madera de roble
sobre la cual tengo una lámpara antigua y siete libros de Astronomía. Pegada a
la pared tengo una cama sin hacer, con la sábana y la manta revueltas. Encima
de ella se encuentra una hilera de armarios altos, todos ordenados de mayor a menor tamaño, algunos
cerrados y otros abiertos, en los que se pueden distinguir instrumentos
musicales, un telescopio, un ábaco y unas maquetas de pueblos griegos y
romanos.
La librería es de madera de cerezo del siglo
XIX, con ese tono rojizo que la hace majestuosa. Es muy alta pero no muy ancha,
por lo que a menudo necesito una escalera para poder coger un libro del estante
más alto. En sus laterales se pueden distinguir tres estilos de decoración
diferentes: en la parte inferior se puede apreciar una decoración europea con
pinturas del estilo del renacimiento italiano, en la mitad una decoración ataurique, de la época musulmana y en la
parte inferior, dibujos de la naturaleza
oriental. Aunque lo más misterioso son las inscripciones doradas que se
encuentran separando las diferentes decoraciones.
En su interior hay libros relacionados con
las matemáticas, la física, la química, la música, la lengua y la religión de
todas partes del mundo. Pero los libros más interesantes son
los de historia y arte, porque al leerlos, te imaginas el pensamiento y el
entorno de aquella época lo ves reflejado en
la decoración exterior de la librería. Por eso me encanta este mueble y
le doy gracias a mi tatarabuelo, por permitirme conocer todas las culturas de
la historia.
Por ello deseo que algún día, todas las personas conozcan la
historia tan bonita, aunque con algunos sucesos desastrosos, de la vida del ser
humano y de todas las criaturas que viven con él.