Clara Ruiz LLamas
El
verano empieza, y Elen tiene que irse con su padre en vez de con su amiga Cata.
Piensa que va a ser horrible, pero se da cuenta de que Cata solo quiere
utilizarla y que está mucho mejor en el pueblo. Ha hecho una nueva amiga,
Manuela, es rumana y ha venido a ganar dinero para casarse con un hombre
desconocido que beneficiará a su familia. La mujer para la que trabaja consigue
que renuncie a tal futuro y la adopta. Finalmente, Elen descubre que le encanta
escribir y su familia vuelve a estar reunida.
Este libro se compone por una
introducción bastante larga, desde el principio hasta que aparece Manuela; un
nudo no muy largo, hasta que la madre de Elen va a Salobreña, y un desenlace
para mi gusto demasiado rápido.
Respecto a los personajes, son
realistas y están bien descritos, aunque debo decir que la única que me cae
bien es Julia, fiel a su marido y siempre queriendo hacer lo mejor para todos.
Elen es un personaje redondo, al principio era consentida y representaba
perfectamente el papel típico de adolescente, o más bien preadolescente que
quiere ser mayor, según avanza la historia se va dando cuenta de a lo que debe
aferrarse en su vida y a lo que no. El fallo que veo en este personaje, es que
el autor ha pensado en exagerar sus sentimientos, dada la edad que tiene Elen,
y esto está bien, pero si exagera unas cosas, tienes que exagerarlas todas. Por
ejemplo: le parece el fin del mundo que sus padres no la entiendan, pero que su
amiga la esté utilizando no parece afectarle casi nada.
Por otra parte, está Delforo, muy
buena persona y quiere lo mejor para su hija, pero cuando se pone a buscar el
“detalle significativo” de los habitantes del pueblo con ella y deja ver todo
lo que piensa de ellos… se podría decir que tiene buen ojo para ver la parte
mala de las personas. Cata es un personaje plano, me sorprende lo que tardó
Elen en darse cuenta de que solo se aprovechaba de ella. Su hermano, Fabián, no
parece un mal chico, pero me pregunto que hace una persona de veinte años con
alguien de trece. Es normal que Elen se sienta atraída por alguien mayor que
ella, pero no tiene sentido que él la llame al final; jugar con ella un rato es
una cosa, y otra es estar saliendo tanto tiempo con alguien a quien saca siete
años, sobre todo porque no se puede decir que Elen sea especialmente madura o
inteligente.
El vocabulario no es especialmente
complicado, solo a veces cuando Luis habla de sus expediciones en barco, que
utiliza términos náuticos que cuesta entender. La adjetivación por lo general
también es sencilla, aunque bastante rica, a diferencia del vocabulario.
Un libro que me ha decepcionado, no
solo porque viendo el título pensé que sería de comedia, sino también porque
siendo de Juan Madrid, esperaba algo más. En primer lugar, me gustaría decir
que aunque está escrito en tercera persona, el autor intenta escribirlo desde
el punto de vista de la protagonista, pero en realidad se ve perfectamente que
él es el “padre” que se cree que entiende a su hija. Debería de haberlo escrito
desde Delforo si no es capaz de ver las cosas como una adolescente. De hecho,
es muy probable que esta historia esté basada en su vida y que él sea el padre.
En segundo lugar, en esta historia no pasa nada. Cuando Elen se da cuenta de
que Cata se aprovecha de ella, cambian de tema, y cuando Petro ataca a Julia,
no contaban nada, se da a entender que Delforo ha hablado con él y que han
hecho un ”pacto”, pero ni siquiera está escrita esa conversación. Solo al
principio del libro, que parece que ella se va a ahogar, parece que va a pasar
algo, pero dura una página escasa y le falta intensidad como para que te
intereses por ello.
Es uno de los pocos libros que me ha
costado acabar, no me ha enganchado absolutamente nada, quizás por eso cuando
acabé tenía la sensación de haber superado un reto.
Me ha llamado la atención lo mal que
está elegida la portada. No transmite nada, es fría y muy superficial. Me
gustaría que me aclararan quién es la chica que aparece en ella, porque no
coincide con ninguno de los personajes.
Aun así, hay un motivo para que no
dejase de leer y que aún ahora piense que no fue del todo una pérdida de
tiempo: el texto está muy bien redactado y fijándome en él, creo haber
aprendido a redactar un poco mejor.